Vuelve a ver la
luna con sus ojos inyectados de sangre, su palido rostro contrasta con sus
pupilas frente a la luna. Vestido de negro sobre un árbol fuma y consume todo
su toxico para entrar en el aura del ambiente. Quemados, magullados y
deformados se encuentran sus dedos que siempre terminan en mal estado por los fósforos
que no tienen que morir por nada del mundo hasta que acaben con su vida explotada
hasta el máximo. Se vuelve a recostar en el árbol mientras mira como está de
iluminado todo gracias a ese apagón que va desde hace media hora. Nota que ya
se encuentra donde quería, no necesita más que un par de hits después de unos
cuantos minutos, pero por el momento estaba completamente satisfecho.
Continua la noche
y mientras a su boca llega una bocanada de humo logra ver a lo lejos una dama
de vestido rojo, al verla, siente como su mente la llama desesperadamente, y de
a poco ella se acerca hacia él. Se posa debajo del mismo árbol en el que se
encuentra y el se dispone a bajar con su cuchillo en la mano, pensó que sería
lo adecuado para la ocasión. Sigilosamente desciende del árbol sin que la dama
se diera cuenta de quien estaba tras ella. Logra colocarse por la espalda de su
víctima, y clava su cuchillo en su garganta, dejándola en diez segundos
totalmente muerta.
Corre la sangre
entre su cuchillo y de pronto suena una alarma, no sabe de dónde viene. Mira el
cielo y una estrella se empieza a aproximar a él, mientras la alarma se
escuchaba mas aguda. Todo su mundo se desfragmenta en miles de pedazos que son
absorbidos por la estrella que no dejaba de atraerse por el momento. Finalmente
queda ella y él en un vacio claro, de repente ella se desfragmenta y la luz se
empieza a ir, dejando otro panorama. Las cosas de una en una iban apareciendo
pero no eran las mismas cosas que habían hace unos minutos, ahora todo pintaba
como un cuarto blanco iluminado por la luna gracias a la escasa ventana con
barrotes ubicada en su pulcro cuarto. Se mira a sí mismo y reacciona
sorprendido al ver entre sus pies a una enfermera muerta, escucha entodavia la
alarma que se aproxima cada vez mas y tres guardias entran en su celda, por
unos instantes digieren la situación y entran a balas al recluso del
psiquiátrico. Una bala entro en medio de su ojo, otra en su tráquea y la ultima
pero no menos letal le exploto la rodilla haciéndolo pasar de ser relativamente
vivo a ser un saco que dentro de poco se empezaría a podrir y tendría la
necesidad de ser enterrado o llevado a una quebrada, que importa, en fin, ahora
ya no podía causar más problemas con sus alucinaciones.
