Vuela, aterriza,
respira, carbura, vuela, aterriza… en las alas echadas al viento el cáncer de
emociones llamado corazón re palpita el cuerpo al sentirse caer en picada, se
deja ir con el viento y espontáneamente el aire es rajado por el cuerpo de
navaja de esta masa corporal.
Vuela, aterriza,
respira, carbura, esputa, despega… enfría la mirada y cierra de par en par tus
ojos, que sentirás dos flechas entrar por ellos, dejando por ultimo sonido el
gemido del viento al pasar la flecha.
Aterriza y al
verse en una alcantarilla llena de ratas negras paseándose en rededor de él
junto a los desperdicios indiferentes de la gente, mira arriba y divisa una
sombra de la cual dos diamantes luminosos lo admiraban desde arriba.
Conforme pasa el
tiempo y no puede dejar de ver a los diamantes que se han quintuplicado en
corto tiempo. Roto sus extremidades no puede hacer mayor cosa que mirar en
rededor decenas de ojos rojos en cuerpos negros llenos de suciedad innata, y
diez diamantes atentos a cada movimiento de los reflejos rojos centellantes como
olas en tormenta.
Catorce luceros en un fondo negro con centro partido por un rayo de sol que ilumina mi ombligo y un montón de bultos con patas están a mi lado, ya ni mi cuerpo les importa y estos pasan sobre mí, mi boca está de nariz ya que no puedo respirar por mi fosas, y sin mis fosas funcionando pronto alguna rata hará algo.
Catorce luceros en un fondo negro con centro partido por un rayo de sol que ilumina mi ombligo y un montón de bultos con patas están a mi lado, ya ni mi cuerpo les importa y estos pasan sobre mí, mi boca está de nariz ya que no puedo respirar por mi fosas, y sin mis fosas funcionando pronto alguna rata hará algo.
Una rata lo
horroriza haciéndolo caer en pánico, y de pánico rebana la rata en su boca
empezando a despedir un liquido amarillo de vómito con órganos del animal y rojo por la sangre de
los dos.
Miles de rojos
ojos me saltaron al cuerpo a comerme, mientras mi cuerpo se saturaba de un
sentimiento impotente de vitalidad que en cada mordida hacia que mi mente solo
lo receptara pero no reaccionara, mientras me llegaba otra ola de ratas
empezaron a caer los diamantes del cielo, mi cuerpo era ya solo parte del
ambiente.
Quien imaginaria
que ese cuerpo hubiera sido descubierto por una persona que resbaló y cayó en
la misma alcantarilla y en el momento de querer levantarse no poder por el
exceso de piel, restos de ratas, sangre, excremento y un humano abierto su
estomago por el ombligo en el cual parece que algunas ratas aprovecharon para
refugiarse de tal matanza.