miércoles, 12 de octubre de 2011

Redundancia



Vuela, aterriza, respira, carbura, vuela, aterriza… en las alas echadas al viento el cáncer de emociones llamado corazón re palpita el cuerpo al sentirse caer en picada, se deja ir con el viento y espontáneamente el aire es rajado por el cuerpo de navaja de esta masa corporal.
Vuela, aterriza, respira, carbura, esputa, despega… enfría la mirada y cierra de par en par tus ojos, que sentirás dos flechas entrar por ellos, dejando por ultimo sonido el gemido del viento al pasar la flecha.
Aterriza y al verse en una alcantarilla llena de ratas negras paseándose en rededor de él junto a los desperdicios indiferentes de la gente, mira arriba y divisa una sombra de la cual dos diamantes luminosos lo admiraban desde arriba.
Conforme pasa el tiempo y no puede dejar de ver a los diamantes que se han quintuplicado en corto tiempo. Roto sus extremidades no puede hacer mayor cosa que mirar en rededor decenas de ojos rojos en cuerpos negros llenos de suciedad innata, y diez diamantes atentos a cada movimiento de los reflejos rojos centellantes como olas en tormenta.
Catorce luceros en un fondo negro con centro partido por un rayo de sol que ilumina mi ombligo y un montón de bultos con patas están a mi lado, ya ni mi cuerpo les importa y estos pasan sobre mí, mi boca está de nariz ya que no puedo respirar por mi fosas, y sin mis fosas funcionando pronto alguna rata hará algo.
Una rata lo horroriza haciéndolo caer en pánico, y de pánico rebana la rata en su boca empezando a despedir un liquido amarillo de vómito  con órganos del animal y rojo por la sangre de los dos.
Miles de rojos ojos me saltaron al cuerpo a comerme, mientras mi cuerpo se saturaba de un sentimiento impotente de vitalidad que en cada mordida hacia que mi mente solo lo receptara pero no reaccionara, mientras me llegaba otra ola de ratas empezaron a caer los diamantes del cielo, mi cuerpo era ya solo parte del ambiente.
Quien imaginaria que ese cuerpo hubiera sido descubierto por una persona que resbaló y cayó en la misma alcantarilla y en el momento de querer levantarse no poder por el exceso de piel, restos de ratas, sangre, excremento y un humano abierto su estomago por el ombligo en el cual parece que algunas ratas aprovecharon para refugiarse de tal matanza.