Acariciando tu imagen en mi mente,
Despierta de repente, una idea peculiar.
Tu cabello ha crecido, de la noche a la mañana,
El perfume que me irradias, despierta mi andar.
En las frases que te amañas, domesticas mis hazañas,
Entrelazas mis miradas, entre versos y raices.
Y aún no entiendes que te has ido, que te veo y no es
conmigo
que respiras por tu ombligo... El silencio por testigo
Que te ha visto, que te has ido,
Que te veo y no es conmigo,
Entre tanto juega al llanto,
No despiertes que te espanto
No me digas que te has ido
Pues estas aquí conmigo
Con mi fuego a tu antojo
Tu me miras y recojo,
Unos versos a mi amante
Mil caricias sin retorno.
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