En variados
colores boreales se difulca la mirada en abismos espasmosos, rubios, rojizos
primaverales, psicodélicos o como espeluznantes manchas en el cielo. La nube
blanca perpleja me ha quedado mirando y tiene ganas de darme la bienvenida con
un rayo completamente cargado de saludos estridentes.
La noche o el día
me han pedido que continúe caminando que, aun no he visto nada o no lo
suficiente para que asesine mi percepción anterior y salga a luz una nueva. Como
quien apuñala a una persona para salvarse e ir al cielo en nubes blancas, es
como se está desgarrando mi mirada ante este mundo, este nuevo mundo.
