domingo, 26 de agosto de 2012

Bruma X


Estas grietas dejan un camino de luz en el suelo, me ha tocado ir a píe, perdí el rumbo del chacal en el aire, puede que volviendo al sueño encuentre su rastro, o aunque sea unas cuantas huellas de sus pisadas. Caminando, caminando he llegado a una hora oscura, el cielo está por quitarme toda la luz. Siguiendo recto me encontrado con una cueva frente mío, pero dos caminos se hacen a sus lados. Descansaré un momento dentro de la cueva.

Tuuuun, tun tun… tuuuun, tun, tun…. Ssssssssssaaa! Ssssssssa! Ssssssssa!... ignoro de donde provendrán estos sonidos.

He seguido caminando recto pero los sonidos no han parado de sonar, ya de hecho no creo que estoy en la cueva, un montón de plantas y arboles a mis lados han ido asomando inadvertidamente. Mas fluye este bosque oscuro dentro de esta supuesta cueva, al fondo logro ver una montaña con una luz que sale de su cima, una luz roja que armoniza todo este oscuro escenario con sombras que danzan y disturban su paz lumínica en el contorno.

En espiral está el camino, de no ser así he caminado en círculos el mismo tramo, aunque no creo, si he sentido pendiente en mis pies. Seres se cruzan entre las copas de los árboles parece que me siguen, siendo cada vez más, conforme avanzo hasta la luz roja. El sonido se ha hecho cada vez más claro y cercano, pareciera que la danza nunca acabará. Ya las sombras de personas o seres han pasado a ser brazos, con manos que toman cosas de toda la montaña y los llevan al medio de todo este cráter que pronto podré ver completo.

Caí de cara al piso, y al darme vuelta me estremecí al ver un ojo enorme abrirse, de párpados purpuras y ojos amarillos con una pupila negra. Ser de este mundo tan enorme se ha venido aparecer a estas alturas del trayecto. No me dio chance al tercer respiro y con su peculiar garra me sujetó todo el tórax, me sostuvo en su puño y me puso frente a él. Me quede mirándolo, o eso creía, el ojo ya había desaparecido. Estoy en el aire y no veo que me tiene así, no se puede distinguir más que un ambiente oscuro. De pronto en un rato a unos pasos de mi, una sombra empezó a jugar. Se quedaba en su lugar pero hacia mil cosas, bailaba, se transformaba y me hacía gestos. Hubo un rato donde se convirtió en una tela de araña, al verla por un rato empezaban a salir sus guardianes.