sábado, 15 de diciembre de 2012

Cola de Alacrán


Estréllame en el techo rojo, solo amanece si alguien ha muerto. Intrígame con tus dagas de cuchillas oxidadas a las que llamas miradas, y solo viéndome sentencia que anochezca. Pasa tus manos sutil, tal cual tu, por mis brazos y amárralos. Déjame como un animal antes de morir, atado y a merced del quien pretende tener el control. No me quites ni una cuerda, no trates de parar si ya has empezado a cercenarme toda mi espalda. Muerde mi cuello hasta que hayas quitado toda su piel, procura llegar a las venas para que no te quedes con sed.

Es un canto en llamas negras de tu ser. No se apagan ni lo harán hasta que acabes por completo conmigo. Es la música de murciélagos, eres la música de los placeres. Sígueme embobando con cada mordida no me dejes sentir dolor, no me dejes si quiera hablar, que esperas para arrancarme la lengua? Clávame tus manos a mis costados, juega con mi corazón que bombea derroche de tus proezas, bésame y déjame empezar a morderte ahora a mi gusto.

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