sábado, 8 de diciembre de 2012

F.M.G


El despertar, volviendo vernos latir. De volar, con nuestras danzantes manos. Tu, las notas más bajas, yo las agudas, ambos en armonía de música y de vidas.

Me entumece la fuerza del río, tan fuerte, tan calma, constante, fría y caliente. Ver subir la marea empapando la arena, retumba en mi corazón y en mi sangre. Por arder en el fuego de tu alma, onda de misterios, me cuelo en el celo de tenerte, me cuelo en la herida del placer, y me desvelo en el viaje de tu sonrisa al mimarte.

Has oído hablar mi nombre? A qué sabe?, el fruto de la ocasión. A qué sabe? el néctar de nuestro momento. De correrme en tus arenas, saltaría hasta el último palpitar de tu sombra. De correrme en tus manos, flores saldrían por cada paso dado.

Es mejor que vuelvas y te vayas. Es mejor que vueles y traspases el mar, el espacio, el aire y la tierra con toda tu esencia transformadora de mujer, de creación, de sutileza. No busques, o encuentres, ni razones, solo mira los ojos y cuéntame. qué sientes?, en dónde se ha perdido tu mirada? y qué ha encontrado?. No busques, no mires, no sientas, solo transpórtate y que todo se vuelva uno, en dos y en tres con nuestro lazo.

Por gana, has entrado en este juego y por gana, cambiaste las reglas que tú misma ponías. No hablo de un universo, te hablo de dos universos creando un tercero. Me acerco, no vamos, háblame del viento. Me acerco, nos vamos y ahora quiero que me hables del agua y de tu vida. Nos vamos, te cuido, descuidas y terminas el momento. Te cuido y nos vamos, solo deja que el alimento nos haga ser quienes nos debemos juntar.

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