domingo, 2 de agosto de 2015

Inmovilidad



Aun estemos separados y nunca hayamos estado frente a frente, vemos lo mismo, vimos lo mismo, somos de lo mismo. Siempre en nuestro idioma.

A por ella, a por ella, en gemidos fuertes la encontrareis, las personas han dicho que su pelo se vuela por las ventanas de los brujos. A por ella, que disfruta del cuerpo de los brujos, que hace sus mandados y fiel a ellos no ha soltado una sola palabra! Maldita sea, que cuando la atrapemos, le haremos confesar todas sus perversiones. Tsss.. tsss… calla la boca! De una buena vez! Que ahora nos haremos de sus secretos pues solo en la noche sale, y esta es la hora precisa para su emboscada, callaros! De una buena vez! He dicho!.

De noche en noche, el conocimiento inunda mi vitalidad, no puedo cambiar ya de estilo de vida. Necesariamente tengo que vivir todo este secreto, a pesar que me maten! A pesar que me torturen! El silencioso aprendizaje transita en este planeta, a murmullar a los que se preguntan, preguntaran y conocerán a sí mismos, en el espasmo que anticipa la llegada del otro lado.

Despiértame noche, despiértenme estrellas de este lugar oscuro.
A voces el viento llegará cuando tenga que salir.
De mi escondite disfrutaré, pues la libertad no está fuera.
Ciegos! aun los que buscan fuera,
Ciegos! aquellos que piensan que el conocimiento dejará de estar.
Fiel a la noche, por el nacer de un nuevo día
encomendaré mi vida, en este viaje momentáneo,
encomendare mi vida al universo, a mi especie, a los padres de mis padres, a las madres de mis madres, que son aquellos que sostienen las redes de los mundos.
Santa liana que me llevas a las profundidades y con tus manos me liberas de todo lo que no somos tu, yo y todos los que habitamos el inmenso espacio universal.
Llévame, ámame, desátame, rompe mi mundo, pues estoy aprendiendo
llévame, ámame y fundámonos en la inmensidad de la muerte.
No traten de moverme, he despertado en el sueño
a voces el viento llegará, cuando me llame a volar con el,
Por un momento, me iré mil años.

Despeña una mirada, la luna me ha cantado un rato, y cuanto me he reído con los chistes de la inmovilidad.

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