Todas las muñecas de trapo y de porcelana tenían vida, en el cuarto de ella se encontraban demasiadas muñecas por todos lados.
Su cuarto era un lugar santuario para sus necesitadas amigas. Cada una de ellas tenía una personalidad diferente pero coincidían en el querer proteger a su dueña de la cordura que las podía aniquilar a todas ellas.
