Colores enfrascados en un dulce aroma a canela que invade el
ambiente. En colores como aromas me encuentro sintiendo un poco la vida. Se
cuela un rato en el cielo haciéndolo como posada de su mente, aunque estando en
el suelo es lo mismo. Las espinas al ascender al cielo me están perforando mi
cuerpo, pero de qué manera tan liberante que es esta constante muerte que
termina cundo mis llagas al viento abran por completo mi alma y me desvanezca
junto al aire hasta que pueda volver en mi siguiente expresión. Al cielo rumbo
al suelo, la tierra y el mar vuelven a ser lo que son, nada más que su misma esencia.