jueves, 17 de noviembre de 2011

Capítulo II



Colores enfrascados en un dulce aroma a canela que invade el ambiente. En colores como aromas me encuentro sintiendo un poco la vida. Se cuela un rato en el cielo haciéndolo como posada de su mente, aunque estando en el suelo es lo mismo. Las espinas al ascender al cielo me están perforando mi cuerpo, pero de qué manera tan liberante que es esta constante muerte que termina cundo mis llagas al viento abran por completo mi alma y me desvanezca junto al aire hasta que pueda volver en mi siguiente expresión. Al cielo rumbo al suelo, la tierra y el mar vuelven a ser lo que son, nada más que su misma esencia.